My dear friend Rachael went to be with the
Lord this week.
Rachael was a wife, mother, and missionary
whose godly example was evident to everyone who knew her.
I remember when the family lived in very
simple conditions. The children were small, and their rented house had its
issues. But, all I ever heard from Rachael was praise to God for meeting their
needs. She never complained and never expressed a desire for things to be
different.
Rachael was the mother of seven children: three
sons and four daughters. She wanted all of them to follow the Lord first and
foremost. She wept over her children and prayed for them. Most of all, she
loved them. She loved her husband and took good care of him.
When their family circumstances improved,
Rachael made her new home pretty with knickknacks, family decorations, and
green plants. She loved having flowers outside, too.
Rachael homeschooled more years than I’d
like to think about. Five of her children have graduated from Bible college,
and one has served in the Marines. The eldest two are married. She had three grandchildren.
Rachael and her husband Dwayne have served
faithfully in Oviedo, Spain for about forty years. Together, they have
persevered. Today, the church has a beautiful storefront building that’s practical
for all kinds of activities.
I’ve watched Rachael lead both ladies’
meetings and small Bible studies. She had an uncanny way of identifying with
other women and making the Bible come alive for them. She loved women’s
ministry, truly enjoyed counseling, and more than anything, she loved discipling
young believers.
Rachael had a gorgeous singing voice. Her
soprano was clear and strong.
She had a servant’s heart. Many don’t know
it, but in recent years she worked tirelessly to edit a book in both Spanish
and English. She spent many hours on tedious comparisons with the original,
making sure the new publisher would be happy.
Rachael’s passing makes me happy for
her—and very sad for her family and me. We will miss her pretty face and
beaming smile. We’ll miss her hospitality. We’ll miss her friendship.
Rachael was a close personal friend and
confidant. We loved each other as sisters in the Lord. I grieve with her
family, and my heart goes out to them. I am praying for them.
Rachael is with the Lord. She is no longer
battling cancer or facing difficult treatments. It was her appointed time, and Jesus welcomed her Home. I look forward to seeing her again in Glory, where we
will walk the streets of gold together, enjoy the river, and look at the trees.
I will once again hear her laughter and see her smile.
A woman that feareth the LORD, she shall be praised.
(Proverbs 31:30b)
Well
done, good and faithful servant;
thou
hast been faithful over a few things,
I will
make thee ruler over many things:
enter
thou into the joy of thy lord.
(from Matthew 25:23)
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(I
don’t often translate my blog, but in this instance, I am. Friends in
Spain may want to read this in Spanish.)
Mi querida amiga
Raquel entró en la presencia de su Señor esta semana.
Raquel era una esposa,
madre, y misionera. Su testimonio piadoso era evidente a todos que la
conocieron.
Recuerdo cuando la
familia vivía en condiciones bien sencillas. Los niños eran pequeños y la casa
alquilada tenía sus problemas, pero lo que oía de la Hermana Raquel era
alabanza al Señor por proveer sus necesidades. No se quejaba, y no expresó el
deseo para cambiar su situación.
Raquel tuvo siete
hijos: tres varones y cuatro hijas. Quería sobre todo que sus hijos agradaran
al Señor. Lloraba por ellos y oraba por ellos. Mayormente, los amaba. Amaba siempre a sus esposo y cuidaba de él.
Cuando las
circunstancias mejoraron, Raquel decoró su nueva casa con pequeñas cositas
bonitas, decoraciones heredadas, y plantas verdes. Le gustaba tener flores por
fuera en el jardín también.
Raquel educaba a los
hijos en casa. ¡Fueron tantos años que yo no quiero pensármelo! Cinco de sus
hijos se graduaron con estudios universitarios en un colegio bíblico, y un
hijo ha servido a su Patria en las fuerzas marinas. Los dos hijos mayores están
casados, y Raquel tenía tres nietos.
Raquel y su marido
Jorge han servido fielmente en Oviedo, Asturias durante aproximadamente cuarenta
años. Han perseverado juntos. Hoy día la iglesia tiene un precioso local que
es útil para muchas actividades.
He observado a
Raquel mientras guiaba reuniones de mujeres y también estudios bíblicos más
íntimos. Tenía una manera única para indentificarse con las demás y ayudarlas
entender la Biblia claramente. A Raquel le encantaba el ministerio a las
mujeres, le gustaba darles consejos bíblicos, y más que nada gozaba de discipular
a las recién convertidas.
Raquel tenía una voz
soprano, preciosa y fuerte.
Tenía un corazón de
sierva. Muchos no lo saben, pero en los últimos años trabajaba duramente para
editar un libro en ambos inglés y español. Gastaba muchas horas comparando el
texto del original con la revisión, asegurando que el nuevo publicación saldría
bien.
La muerte de Raquel
me hace feliz por ella—y muy triste por su familia y por mi. Echaremos de menos
su bella carita y su sonrisa. Echaremos de menos su hospitalidad. Echaremos de
menos su amistad.
Raquel era
una amiga intima. Nos queríamos como hermanas en la fe. Acompaño a la familia
en su dolor, y estoy orando por ellos.
Raquel está con el
Señor. Ahora no está batallando el cáncer ni haciendo frente a tratamientos
difíciles. Fue su tiempo, y Jesucristo le dio la bienvenida a casa. Anhelo verla de
nuevo en la gloria, donde andaremos juntas en las calles de oro, gozando del
río, y mirando los árboles. De nuevo oiré su risa y la veré sonreír.
La mujer que teme a Jehová, esa será alabada.
(Proverbios 31:30b)
Bien, buen siervo y fiel;
sobre poco has sido fiel,
sobre mucho te pondré;
entra en el gozo de tu señor.
(de Mateo 25:23)
A lovely tribute Lou Ann. You, her family and friends are in my prayers. Praise the Lord, it won't be long before we join our loved ones in glory! What a day of rejoicing that will be!
ReplyDeleteYes, it will! Thank you, Brenda.
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